Si lo que nos apetece es caminar por las zonas verdes de
Oviedo y relajarnos con un mayor contacto con la naturaleza, la capital es el
escenario ideal. Eso sí, siempre que la lluvia lo permita, ya que el cambio
climático aquí parece que ha repercutido en lluvias más intensas que antes.
El emblemático Parque San Francisco,
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Parque San Francisco. Fuente: Wikipedia, trabajo propio |
El llamado Campillín, que se sitúan también en el centro, al
lado de la iglesia de Santo Domingo, recoge otro de los espacios de jardines,
que se reconstruyó tras la Guerra Civil Española, porque el barrio fue arrasado
durante el sitio de Oviedo.
Sin movernos del centro, entre la calle Campomanes y el Seminario
Metropolitano, los antiguos jardines privados del Marqués de la Rodriga, de
donde toma el nombre los Jardines de la Rodriga, ofrecen unos 8000 m² de
superficie, en una ubicación particularmente tranquila.
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Jardines de la Rodriga. Fuente: TurismoEspaña |
Cerca de la estación de RENFE, en un espacio que los
asturianos conocen como la Llosa, se ubica el Parque de San Pedro de los Arcos.
Allí, además de los jardines, se pueden ver esculturas de artistas asturianos.
Está cerca de la falda del Naranco. Un poco más arriba, al pie del Monte
Naranco, el Parque de Purificación Tomás o Monte Alto ofrece más de 385.000 m²,
es decir, el parque más grande de la ciudad.
Otras zonas de Oviedo también están dotadas de estos
remansos verdes, como el Parque de Invierno, que se encuentra la A-66 y la
ronda de circunvalación, posee equipaciones deportivas y un paseo natural hasta
Fuso de la Reina.
Los aficionados al fútbol pueden aprovechar antes o después de los partidos del emblemático club de la ciudad, el Real Oviedo, en el nuevo Estadio Carlos Tartiere, las posibilidades que ofrece el
Parque del Oeste, situado en sus inmediaciones.
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Estadio Carlos Tartiere nuevo. Fuente:JSMQ |
Y los estudiantes universitarios,en especial, pueden
respirar más puro cerca del Campus del Milán, donde se concentran las sedes de
las carreras de Humanidades de la Universidad de Oviedo. Ahí se encuentra el
Parque de Santullano, al lado de la iglesia de San Julián de los Prados. En
este espacio verde, cuando llega el verano, resulta muy frecuente que acudan
los ovetenses a tomar el sol, como una especie de balneario privado al aire
libre. Se respira un ambiente muy tranquilo y es ideal para los niños o las
correrías de las mascotas domésticas.